Revisando la lista de aspirantes a la convención (la Parte I aborda la vida y obra de 3 postulantas y un eterno candidato del actual oficialismo) los nombres son tantos, tantísimos, que cuando vaya en el capítulo final de esta Novela por entregas habré escrito más que Tolstoi y Dickens juntos. Claro que sin mucho refinamiento, sin moralejas, sin personajes entrañables de esos que uno cita cuando quiere sonar inteligente en torno a un plato de solomillo al maracuyá y su correspondiente copa de vino tinto. Porque uno no va por la vida diciendo: Como dijo la Doctora Cordero, tal como lo explica la Tere Marinovic, desde la perspectiva Cubillosiana. O en verdad no tengo idea. Así como también desconozco si el "sale" de laca y trajecitos dos piezas tipo “Adolfo” en tonos pasteles habrán reventado las ventas online. Por la chita que se viste mal la Cubillos. No hay caso, nada la redime de su increíble fealdad. Hasta la Doctora Daza se atrevió con el rojo tomate y la Raglan sleeve una vez retirado el príncipe arzobispo Mañalich, después de todo, si París bien vale una misa, también vale unos palazzo, gargantillas de colores y una cartera a juego.
Lo primero que llama la atención en la lista de postulantes es la evidente separación entre candidatos de los de arriba y candidatos de los de abajo. Es una línea clara y divisoria que mantiene a cada grupo en su sitio, a cada aspirante residente en casa con jardín repleto de arbustos exóticos y cercanía al Club de Polo San Cristóbal en Chile Vamos, y los de departamento de 3 baños con suelos de porcelanato de Providencia en Apruebo. También los hay repartidos en Apruebo Dignidad o Independiente, algunos de esos candidatos se corresponden con el tipo de gente que podría pasarse horas y horas hablando sobre las infinitas ventajas espirituales de la calefacción por loza radiante y los termopaneles, aunque en teoría se van a meter a la hechura de la Constitución para abordar asuntos a largo plazo vinculados a la compleja Madre Naturaleza.
No debe extrañar una fuerte presencia terrateniente en Chile Vamos: harto apellido vasco, harto alemán, muchos ojos azules, Verbo Divino, almas divididas entre Santo Domingo, Ranco o Catapilco (Zapallar). Sin embargo, como se explicó en la parte I, aquí no hay familiares directos de ex residentes de Tsarskoye Selo, la Avenue Foch o Richmond. Lo que sí hay acá son emisarios de quienes no quieren soltar los hilos. Los dichosos privilegios. ¿Volvamos a hablar de ellos?
Luis Alejandro Silva Irarrázaval
Éste lo agarré al azar. Tan típicamente cuico. Como la Casa Barros, el Tabancura o el Paseo los Trapenses. Una googleada aleatoria indica: abogado de la Cato, docente en la Universidad de los Andes. Salta a la vista que tiene calle. ¿Qué quiere ir a hacer él a la Constituyente? Respuesta: influir en la legislación. No lo digo yo, fueron sus propias palabras. Quien haya visto hace años, muchísimos años el documental de Marcela Said “Opus Dei, una Cruzada Silenciosa” recordará a un joven flaco y mal vestido, pero cuico, o sea, no feo (lo que no significa bonito, pero por aspecto jamás lo confundirían por mechero en algún Benetton o Jumbo) atravesando los pasillos de la Casa Central mientras explicaba abiertamente que él era numerario de “la Obra”, lo que quiere decir: nada de sexo, latigazos en la espalda y quizá un silicio en la pierna para efectos de sentirse identificado con el sufrimiento nada menos que de Jesucristo, sin perjuicio de que tal vez eso únicamente se haya dicho frente a la cámara. Un gentleman no puede escaquearse con las responsabilidades eclesiásticas de cara al señor, de naturaleza omnipresente, mucho menos si se está consagrado a la titánica faena apostólica de repartir la mochila de valores redactada en “Camino”, ese librito de Escrivá de Balaguer que vendían en la caja de los Big John, ahora conocidos bajo el impronunciable “OXXO”.
El joven de clase alta y futuro promisorio en el universo del alegato, del inciso y del escrito declaraba abiertamente y sin reservas que su objetivo más allá del mes de María y la procesión de la Virgen del Carmen, era meterse en política para influir en la mente. Así, sin más. Silva creía que estábamos en un país demasiado “estatista”, es decir, donde la gente quiere que le regalen todo sin poner mucho esfuerzo. Hay que creer entonces que la clave del éxito de los de “Plaza Italia para arriba” (yo diría, Parque Bicentenario para arriba) es el ñeque, el olfato para los emprendimientos y el trabajo duro y constante, mientras que los de la “Plaza Italia para abajo”, o sea, La Pintana, San Ramón o Puente Alto, no obstante el ñeque y el trabajo duro y constante, son flojos, piden y piden y piden cuando lo que las mulas descerebradas no ven, no contemplan, no admiten o bien no quieren ver, contemplar ni admitir es que el poder está ahí mismo ¡Dentro de ellos! ¿Cómo tan burros? El padre de Luis, otro abogado cuico, decía que no entendía cómo su hijito se había metido en eso, el Opus, pero bueno, ni muerto se iría a duelo con el cura Ibáñez –Ignacio Valente– porque a él le gustaba ganar y el Cura con dos estocadas lo mandaba de bruces al suelo de nogal vitrificado de su reluciente oficina.
Por esa época Luis decía que no iba al cine y que tampoco podía leer todo lo que él quería. ¿Seguirá en el Opus? Ni idea. ¿Habrá que darle una chancita para que vaya a hurguetear a la Convención? Porque ante todo es absolutamente importante que nuevamente un señor doble R vaya a pensar por ese que está por nacer, piensen, por favor, piensen ¡Con qué gozo se le puede meter al feto la idea del emprendimiento en el libre mercado, tres segundos después de la concepción! ¿Qué es el libertinaje capitalista al lado del Efecto Mozart? Una piltrafa. O quizá el hombre haya cambiado de ideas. Me pregunto si valdrá la pena correr el riesgo. Probablemente sus conocidos cuicos lo hagan. Ah, su hermano es Sebastián Silva, director de cine abiertamente gay que hace una década hizo “La Nana”, esa película chilena que concibió como homage a su propia mamita de la infancia, porque por supuesto todos los cuicos tenían (tienen) una mujer pobre que limpia el traste a los críos ajenos.
Henry Boys
Alternando la posibilidad de que Luis Alejandro Silva haya abandonado la ideología totalitaria del Opus y tal vez simpatice con causas liberales, está el ejemplo de este joven abogado (¡adivinen de dónde!) que sin ningún empacho reniega de la sociedad cochina y siniestra que habita a lo largo y ancho de todo el país.
Cuando yo vuelvo de trotar –actividad que realizo a diario– y una vez en casa, me quito las zapatillas sucias, me lavo las manos, meto la ropa a la lavadora, estiro brazos y piernas, abro un libro y me pongo a leer. A veces también escribo y en tiempos pre-pandémicos salía a comer a algún sitio. El aspirante a la Constituyente con nombre de vedetto de martes femenino declara en Twitter que después de salir a correr piensa en la plenitud de su vida profesional que, por supuesto, se debe (ojo, lápiz y papel) a 5 factores: trabajar para Dios, seguir su pasión, deslomarse por amor y no por las lucas ¡Confiar en la Providencia! ¡Dar lo mejor de sí mismo! Con este tipo de aspirantes ¿Por qué mejor no resumir lueguito la cosa y que ya, apúrense, vayan pasando, lárguense a revolver la olla donde se sofreirán los ingredientes de la Carta Magna, que ante todo debe ser anacrónica y representar a una minoría penca y cuica? Que la mayoría del país apenas tenga tiempo para trotar, qué va, para volver a casa antes del toque de queda en transporte público que promete incomodidad y enormes cargas virales, y que a esa mayoría le importe un soberano pepino lo de la Providencia y los valores del empresario, eso, todo eso es algo que a Henry B. lo tiene sin cuidado.
Él se maneja mejor en el tema valórico. Él y su ídola Marinovic, postulanta que fuera de haber parido a cuanto crío se pueda uno imaginar, invita a no hacer el ridículo como “violado bajo los efectos de narcóticos”.
Según él mismo ha gritado a los cuatro vientos, Boys se mantendrá casto hasta el día de su matrimonio por la Iglesia Católica. Absolutamente nada de penetraciones, nada de tocaciones, a lo mejor ni siquiera erecciones. Tampoco es que le falte calle, so picarón, de hecho, a contracorriente de su actual doctrina valórica, cometió el terrible pecado de meterse a chusquear antes del gran “Sí” en una reluciente parroquia repleta de íconos y figurillas de mármol falso. ¡Eso duele a Enrique! Eso quiere traspasar Enrique a una constitución. Fuera de su rarísimo enfoque de revirginización simbólica, ¿Qué ofrece este gallo? Nada relevante. A diferencia de Silva que más de alguna (algune) encontrará mino, o por lo menos no horrible, Boys se empecina en cultivar un look funcionario de la época Pelucones versus Pipiolos. Él pertenece al primer grupo. Si no va de traje, usa los pantalones de dicho traje (probablemente Saville Row), zapatos cafés, suspensores, camisa, corbata y el pelo, por favor el pelo ¿Han oído del viejo y conocido lamido de vaca? Si no encuentran tutorial en YouTube, métanse a las RRSS de Boys. Ahí aparece con las hebras capilares untadas de gel Kadus, Kriss fuerte o Alberto VO5. La laca es marca de fábrica Cubillosana, no se toca, el mousse por otro lado es materia de degenerados y el jugo de limón que petrifica la mecha tiesa es para gente no educada en las pesebreras de la Católica, miembros de Solidaridad. Next.
Macarena Venegas
Como se dijo en la primera entrega de este análisis, el conservadurismo criollo necesita a sus lacayos de siempre o bien a espíritus libres que muestren sabiduría capitalista en la tele. La UDI agarró a la insoportable Cordero, Evópoli a Macarena Venegas. También a Bárbara Rebolledo, farandulera cuya irrelevancia impide que uno haga el esfuerzo mínimo de googlear sus logros, absolutamente todos vinculados a lanzar disparates en esas ágoras griegas llamadas matinales, como para empezar el día con el pie izquierdo. Macarena en cambio…
… Macarena en cambio viene de ambientes más finos, no se las puede comparar, imposible. La Bárbara, que pareciera estar hecha para reírse a voz en cuello de dichos ambientes, es de estaño, la Maca de oro puro, lo que se ve sin duda reflejado en su elección de tintura capilar. Estudió teatro, derecho (¿Dónde? ¿A ver?) e hizo pasantía en Europa. Todo eso satisfizo al canal Mega para enchufarla en uno de esos programas odiosos imitación de Caso Cerrado, donde meten a gente pobre a contar miserias, a pelear tercerías, a luchar con uñas y dientes por pensiones de alimentos y herencias intestadas avaluadas en 5 millones a repartir entre 45 parientes. Si no fuera por la cámara se arrancarían hasta los ojos ahí mismo en el set. Cada uno tocará sus 200 mil pesos, así que tranquilitos, eso sí, siempre que el juicio de Partición no se chupe las costas del proceso, entonces los 45 le quedarían debiendo al sistema jejeje. Eso es terrible, pero ¡Qué bonito se ve en la tele! Como la Venegas en el fondo es otra cuica latera, el programa duró poco al aire y, en cambio, toda la simpatía popular fue a dar a “La Jueza”, actualmente Carmen Gloria a tu Servicio (inatacable la mina, un gusto verla ningunear a la insoportable Camila Flores) y a Daniel Stingo, que se dedica a educar a la gente sobre Derecho Constitucional y otras materias jurídicas en La Voz de los Que Sobran.
No obstante haber pasado por la humillación de ver cómo sus fotos en pelotas circulaban por internet, con grandeza y actitud espartana Venegas –que no es mi prima– asumió responsabilidades en otros proyectos CULTURALES del Mega cuyos ejecutivos se dejaron seducir por femeninos y coloristas aditamentos ¿intelectuales? ¿aló? Entonces se largó a animar el Matinal junto a Luis Jara, tan querido, y su íntima amiga, Patricia Maldonado, la Patti Smith del Pinochetismo recalcitrante. Asimismo, jugó un rol clave en esa gloria llamada “La Divina Comida”, programa donde, dicho sea de paso, la honorable Camila Vallejo consagró el uso del verbo “psicosear” cuando fue interpelada por Borghi, así da gusto con nuestros polítiques. Pero sigamos con Macarena. Flaca gracias a la gimnasia, rubia [¿9? ¿9/11?], polola de un español que, dios mío, no ve desde marzo por culpa de la pandemia y vestida en embroidery anglaise. Todo eso fue suficiente para que Evópoli, el partido de Derecha a favor de que haya población LGBTQ2+ de Derecha o mujeres a favor del aborto –en 3 causales– de Derecha, la eligiera como candidata a la Constituyente. Fin.
¿Y Larraín Matte? ¿Yuyuniz Navas? ¿Juan de Dios Valdivieso Tagle? ¿Manuel José Ossandón Lira? ¿Juan Luis Ossa Santa Cruz? To be continued…
Leer Parte I 👉 https://www.opinasantiago.com/post/les-constituyentes-parte-i
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